miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cristian Ferreyra.


La muerte de Cristian Ferreyra en el Salado Norte (Santiago del Estero) no es un dato, no es una información. Es un desangre de nuestras “Venas en América Latina que aun continúan abiertas”, se suma a la muerte de Néstor Vargas, de la provincia de Santa Fe, muerto a causa del veneno que aplicaba a los cultivos, en el campo donde trabajaba; se suma también a la muerte de Roberto López, de la Colonia La Primavera en Formosa; se suma a desalojos “silenciosos” que se vienen sucediendo; se suma a éxodos forzados por falta de oportunidades en el campo y a muchos otros compañeros anónimos que están dando la vida por la construcción de un país diferente. Un país donde la gente del campo pueda vivir y trabajar en SU lugar, sin necesidad de morir por pretender gozar de sus legítimos derechos. Derecho a la alimentación, a la salud, a la educación, a la vivienda y sobre todo a decidir dónde y cómo vivir.
Hoy el pecado humano es saber que estas y próximas tragedias son ya predecibles, ya han sido anunciadas….
Y cuesta...
Y cuesta entender tanta injusticia sistémica. Evidentemente los progresos de nuestra democracia no alcanzan. Y no alcanzan en un sentido sistémico. ¿Cuánto de los avances de esta democracia se basan en el modelo agroexportador con cierto “derrame” a los pobres del país? O tal vez el “exitoso modelo” autorice a la expulsión masiva de campesinos e indígenas del Gran Chaco. Y cuesta entender que la muerte de Ferreyra sea por avaricia. Ya que estas balas son solo indicadoras de la necesidad de demostrar quién vale y quien no vale. De demostrarle a los mismos gobernantes que si un empresario quiere “hacer patria a balazos contra argentinos”, si es a favor del modelo de agronegocios, sí que se puede
Esta muerte no es por parte de un asesino delincuente. Es por parte de un sistema. Que se aplica en varias provincias. Que mata. Que expulsa. Que compra…
Más allá del dolor, este hecho nos compromete a todos y a todas, a fortalecer una ACCIÓN POR LA VIDA , desde el puesto que nos toque. Estamos del lado de las víctimas y a partir de esto, comprometernos. Con realismo, no idealizando al campesino, al indígena, claramente tratando de cambiar un sistema que nos mata con balas, nos intoxica con venenos, no nos alimenta con productos sanos y nos roba la capacidad de elegirlos, nos roba SOBERANIA….
Por eso es fundamental fortalecer una política que distribuya equitativamente las riquezas, como la tierra, el agua, los suelos, los bosques y los medios de producción en general. Una política que contemple los intereses de todos y de todas.
El Instituto de Cultura Popular –INCUPO- se suma a todas las expresiones de solidaridad y apoyo, a los familiares, amigos y compañeros de Cristian Ferreyra, asesinado el miércoles 16 de Noviembre, próximo pasado. En momentos como éstos más importante aún, es estrechar lazos de unión y organización, entre familias, grupos, organizaciones campesinas e instituciones, que trabajamos día a día, en la construcción de mejores condiciones de vida en el campo.


incupo - 22 de noviembre 2011

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